Título original: Glass
Año: 2019
Duración: 129 min.
Dirigida por: M. Night Shyamalan (La Visita (2015), Múltiple (2016))
Magnífico, y monumental, cierre de trilogía
***La crítica contiene spoilers de Glass y Múltiple
Aquí estamos, tres años después de sorprendernos con el final de Múltiple, al conocer que se trataba de una continuación de El Protegido en los últimos minutos de película, para disfrutar del enfrentamiento final entre el héroe y el villano.
No cabe duda que los fans de El Protegido y Múltiple irán al cine a ver Glass con mucha expectación, pero lo mejor es dejarse llevar por lo que se presenta en la película, dado que no se parece a nada que hubieras podido imaginar, y eso la hace más grande aún.
Glass es un cierre de trilogía magnífico, porque funciona tanto como tercera parte de esta trilogía, como película individual de autor. Porque no olvidemos que M. Night Shyamalan es autor, además de director, de esta saga de películas. Y es difícil hablar de Glass sin retomar sus dos anteriores películas.
Los que vimos El Protegido a principios del año 2000 y disfrutamos de la película, que en su momento fuimos bastante pocos, no imaginábamos que se pudiera convertir en una trilogía o saga. Es cierto que el final es bastante abierto, aunque servía perfectamente para finalizar la historia y para dejar al espectador imaginar lo que sucedería después.
Al asistir al cine a ver Múltiple, quince años después y sin conocer el final de la película (algo que por suerte fue mi experiencia) nos quedamos «ojiplásticos» al asistir a ese final que conectaba directamente con El Protegido. Lo había vuelto a conseguir, nos había engañado y ofrecía un final que jamás podíamos imaginar; marca de la casa.
Aunque los no fans del director, ni del Protegido, se quedaron a cuadros al ver aparecer a Bruce Willis en los últimos minutos. No entendían lo que sucedía, quizás porque llegaba bastante tarde esta continuación, dejando claro que Shyamalan estaba mandado un mensaje a sus verdaderos fans.
Multiple funciona como película en solitario, pero una vez conocido el final, y revisionando la cinta, funciona perfectamente como secuela del Protegido y adquiere un nuevo matiz. Una vez más, una película de Shyamalan funcionaba como dos películas, concediendo más lecturas con un segundo visionado; había vuelto.
Y llegamos a Glass, tres años después, con una expectación enorme. La película comienza a lo grande, se vuelve muy íntima en su desarrollo y explota en un final cargado de matices. No da lo que esperábamos, sino que ofrece más de lo que imaginamos, aunque parezca simple a ojos de un espectador más superficial.
He leído críticas de Glass que la marcan como redundante en su discurso, algo que no comparto. Es una carta de despedida de una trilogía que empezó en el año 2000, quizás consciente de que fuera una saga, o no, qué más da, pero que funciona de forma milimétrica para cerrar arcos argumentales y nos ofrece un mensaje de optimismo muy personal.
Al igual que el Protegido nos habla de nosotros, de nuestras capacidades y de que somos factibles para realizar todo aquello que nos propongamos, aunque existan miles de muros que parecen inquebrantables.
Además habla de la mediocridad del mundo en el que vivimos, aquel que se entretiene con cualquier cosa insustancial y que utiliza a otros para su propio beneficio. Esto se ve reflejado perfectamente en el mismo inicio de la cinta, con esos milenials-YouTubers que se aprovechan de una víctima para su propio «oficio». Algo que hemos visto en incontadas ocasiones en el mundo real.
Porque al final la trilogía habla de nuestras capacidades, a través del lenguaje de los cómics, con tanto cariño y pasión hacia cada uno de estos dos aspectos, que si no conectas con el mensaje te pierdes una de las mejores trilogías de superhéroes de la historia del cine.
Porque Glass es cine realista, intenta representar la capacidad de personas normales, con características especiales, y te hace creer en ellos. Pero incluso te hace dudar de si son lo que en realidad creen que son, rompiendo la cuarta pared a través de sus protagonistas, y hablando directamente al espectador.
Además sirve como pretexto y crítica al cine actual de superhéroes, que busca siempre el más y más grande, olvidándose de que las buenas historias, y pequeñas, pueden contener más epicidad. El enfrentamiento final entre el héroe y el villano, planificado por una gran mente como es Don Cristal, sirve de ejemplo.
En vez de la torre y el lugar emblemático, al que nos invita a pensar que vamos a llegar, se desarrolla en el patio de un psicriatico y en la intimidad; magistral.
Necesitamos más cine de superhéroes así. Menos películas de usar y tirar, con tramas desgastadas y que no dicen nada que se pueda aprovechar, adornadas con miles de luces de colores y guiones simplificados para que los entienda un niño de cuatro años.
Tu decides con que te quedas y que te llena más.
P.D: ¿Quién eligió los títulos para el mercado Español de las dos primeras películas? Yo me quedo con Irrompible, Fragmentado y Cristal.