Título original: The Predator

Año: 2018

Duración: 101 min.

Dirigida por: Shane Black (Dos buenos tipos (2016), Iron Man 3 (2013)

Cine ingenioso, con sus virtudes y sus pasadas de rosca, pero pura diversión

El texto puede contener algunos spoilers**

Dejando a un lado los problemas de producción de Predator, los cuales posiblemente han afectado a la película, notándose en demasía en su recta final más desorganizada y caótica, se trata de una película muy divertida y que se pasa en un suspiro.

Destaco por encima de todo el comienzo, con la presentación del protagonista y los secundarios, además del Predator. Toda la trama inicial se ve con interés y se disfruta muchísimo. Los chistes entran y salen de forma ingeniosa, con frases y diálogos que no se ven hoy en día en el cine correcto e infantilizado.

Pero Predator tiene problemas de ritmo, con escenas que parecen construidas a modo de puzle, y que afectan a escenas de acción. El tramo final se nota construido con retazos, en algunos momentos, además se vuelve más monótono y ya visto en cientos de películas, y desentona con todo lo visto hasta ese momento.

Siendo su escena final, con esa armadura de Iron-Predator, algo tan pasado de rosca, que habría funcionado de mejor forma si el tono de toda la película hubiera sido como todo su primer acto. Al ser un final más cliché, más serio y visto mil veces, hace que la escena no encaje de la misma forma, tornándose estúpido y fuera de lugar; Aunque sorprende.

Un servidor no es fan del director Shane Black, el cual parece tener su legión de fans que le perdonan todo, pero admito que Iron Man 3 y Dos buenos tipos son películas que me entretuvieron mucho y lo mismo me ha pasado con Predator.

No creo que con esta película se buscara el tono, o la esencia, de la original de 1987, la cual es prácticamente irrepetible, pero sí se ha intentado traernos en 2018 una película como las de antes, en las que no se cortaban en mostrar diálogos fuera de lugar, con personajes prototipo de la época, y mostrando la violencia explícita que tanto se echa de menos hoy en día.

Tiene fallos y agujeros de guión enormes, como cierto personaje que hace un viaje de un lugar a otro en minutos en la recta final de la película. Pero también tiene momentos muy cafres y divertidos, como cuando el niño se pone la máscara de Predator, en la fiesta Halloween, y recibe un golpe en el casco de un vecino, con sus consecuencias. Admito que me reí mucho con ese momento.

Aunque destaco por encima de todo el momento en el que el personaje de Olivia Munn, Casey Bracket, explica que Depredador no es el nombre más indicado para la bestia, ya que sería más un cazador que un depredador, y todos los personajes de la pantalla responden (no de manera literal, ya que no recuerdo la línea exacta): «Pero votamos y Depredador nos molaba más».  Rompiendo la cuarta pared de forma muy ingeniosa.

Si vas al cine sin pretensiones, con la idea de disfrutar de una cinta amena, con diálogos y situaciones que te harán mostrar una sonrisa, y llena de acción, no creo que Predator te decepcione.

No se si posteriores visionados la harán mejorar, o empeorar, pero han sido dos horas bien invertidas. Por cierto, acabo de descubrir que Shane Black actuaba en Robocop 3.