Alucinado, emocionado y expectante, así me quedé al ver el primer gameplay de “The last of us” (id; Naughty dog, 2013). Me llamó mucho la atención el giro que el estudio había dado con esta nueva franquicia, más aún, después de tres entregas del sobresaliente “Uncharted” (id; Naughty dog, 2007). Una apuesta arriesgada con la que quieren sorprendernos y cautivarnos en los últimos días de la presente generación.

La aventura nos sitúa en una realidad veinte años después de que el mundo haya sufrido una terrible pandemia, una extraña infección que ha devastado cada rincón de la Tierra, convirtiendo a la gente en terroríficas criaturas y donde los supervivientes viven en zonas de cuarentena vigiladas o fuera de ellas luchando contra los riesgos que ello supone. Joel es uno de esos supervivientes que vive atormentado por su pasado y que, por circunstancias ajenas a él, deberá emprender un peligroso viaje con la joven niña Ellie. Antes de todo, mencionar el espectacular prólogo que nos ofrece el juego, un torrente de emociones y sentimientos que nos sitúa y sumerge en la historia desde el primer minuto. A partir de aquí asistimos al desarrollo de una narración muy fiel a la estructura cinematográfica, donde los acontecimientos y subtramas se suceden de forma natural, sorprendente y con giros de guión impactantes. La definición y evolución en la relación entre Joel y Ellie es increíble, consigue que empaticemos con ellos en todo momento llegando al clímax final con multitud de sentimientos encontrados, sin olvidar otros personajes que están igualmente bien desarrollados. Para reforzar toda esa carga dramática el juego cuenta con multitud de secuencias, desarrolladas con el motor del juego y que sirven de puente entre las distintas situaciones.

The last of us mezcla distintos géneros como la acción, la aventura e incluso el survival horror y eso se nota en sus mecánicas jugables. Lo que más me ha gustado es la sensación de peligro y vulnerabilidad en todo momento. Raras veces podemos enfrentarnos a los enemigos a lo loco y salir victorioso del combate. La escasez de suministros y recursos nos invita a ir con calma, a pensar las cosas dos veces, aquí cada bala cuenta y cada botiquín marca la diferencia entre vivir o morir. No es lo mismo enfrentarse a un grupo de vándalos que a los infectados y por eso nuestra estrategia irá cambiando en todo momento. No hacer ruido e intentar pasar desapercibidos es una opción, como el confundir al enemigo lanzando una botella o ladrillo y luego estrangularlo sigilosamente, pero muchas veces deberemos correr, escondernos y volver a pensar una nueva estrategia. Nada de esto sería igual si jugamos en un nivel inferior al difícil y activamos en las opciones el modo escucha. Esta habilidad nos permite ver a nuestros enemigos a través de las paredes, lo que resta tensión notablemente y pierde la esencia del riesgo. Destacar los enfrentamientos directos con los enemigos, estos son sucios, rudos y brutales. Ya sea utilizando los puños, ladrillos para partirles la cara, machetes o maderas con un pincho en la punta, además de golpear y reventar cabezas contra casi cualquier parte del escenario, nos ofrecen momentos realmente salvajes y duros. No son menos las muertes de nuestro protagonista. Las armas a nuestra disposición son variadas, pistolas, fusiles, cócteles molotov, granadas de humo y recortadas, entre otras, nos serán de ayuda si no derrochamos la escasa munición que encontramos, además de las maderas, tuberías y machetes que se romperán con apenas un uso o dos.

Pero el juego ofrece mucho más, los momentos de exploración son numerosos y muy necesarios. A parte de buscar materiales e ingredientes para fabricar vendajes, granadas y cócteles molotov, también encontraremos diarios, notas, mensajes de otras personas contándonos sus experiencias e historias, dándonos diferentes puntos de vista sobre la catástrofe que asoló al planeta. Suponen un complemento perfecto para introducir al jugador en la narración y entender la magnitud del virus. También hay una serie de coleccionables repartidos por los escenarios que sirven para alargar la experiencia jugable, así como herramientas y vitaminas que nos permitirán mejorar nuestro arsenal en unos bancos de trabajo e incluso nuestras habilidades como curarnos más rápidamente o percibir el peligro a través de un ruido. Durante estos momentos más pausados veremos las charlas que mantienen Joel y Ellie, como esta última se hace preguntas sobre nuestro antiguo modo de vida y como Joel con su experiencia y madurez intentar dar respuestas lógicas a un mundo ilógico. Desde luego que no tienen desperdició y nos sacarán más de una sonrisa. Por último me parece sobresaliente como se manejan los tiempos a lo largo de la aventura, es decir, como alterna los momentos de tensión y acción con los de exploración y pausa, algo que se agradece y lo convierten en un título muy variado.

Técnicamente es un juego muy potente en todos los sentidos. Gráficamente es de lo mejor que se puede disfrutar en consola, las texturas, las físicas de los objetos al empujar un contenedor, lanzar una botella, el fuego, el agua, la iluminación de los escenarios, todo ello raya a un alto nivel. Es un juego lleno de detalles como las expresiones faciales de los enemigos al ser estrangulados, a través de sus ojos se ven la agonía y sufrimiento de los mismos. Ver como la sangre se desliza sobre la cara de Joel cuando le parten la nariz, así como las animaciones y movimientos de los personajes son geniales. Sorprende ver como se enrolla una venda sobre su brazo para recuperar vida o como estando a cubierto con Ellie tras una mesa, se mueve detrás de ella apoyando las manos de una forma totalmente natural y real. Detalles que nos hacen sentir y palpar el mimo que ha puesto Naughty Dog en el título. La IA es un aspecto a tener en cuenta por su buen funcionamiento pero que me plantea también algunas dudas. Por ejemplo sobresalen las distintas reacciones aleatorias de Ellie ante una misma situación. En ocasiones se lanzará sobre el enemigo y le clavará una navaja, mientras que en otras se ocultará o le puede lanzar un objeto para facilitarnos el ataque. Sin embargo hay momentos en los que podemos pasar con sigilo delante de un infectado y que vea claramente a Ellie o incluso esta le golpe y el enemigo no reaccione. Puedo entender que sea una decisión del estudio el no perjudicar al jugador de ciertas acciones de la IA amiga. En cambio las reacciones del enemigo cuando descubre un cadáver o a nosotros mismos serán muy reales, intentando flanquearnos, provocar nuestra salida lanzándonos cócteles molotov o atacando a la niña para que acudamos a su rescate.

Por supuesto uno de los fuertes es la increíble dirección artística de los escenarios, tanto interiores como exteriores. Llenos de objetos, vehículos, elementos cotidianos de una ciudad devastada en la que realmente parece que se ha vivido un gran desastre. Mencionar los entornos naturales del bosque o el interior de los edificios, de un hotel que cuentan con una ambientación sublime y totalmente inmersiva para el jugador. La variedad de escenarios, localizaciones y el uso de diferentes estaciones del año redondean la calidad del producto. El diseño y modelado de los personajes es genial, sobre todo el de los infectados con una apariencia realmente terrorífica y violenta.

El apartado sonoro no se queda atrás. El sonido de las armas, de los objetos, el sonido ambiental y por supuesto los rugidos y gritos de los vándalos e infectados nos pondrán los pelos de punta. El doblaje es excepcional con interpretaciones totalmente creíbles, llenas de fuerza y carga dramática. El punto negativo es que en no pocas ocasiones el audio de las cinemáticas se oye muy bajo y podemos perder alguna línea del diálogo. Sin embargo, el juego cuenta con el sobresaliente trabajo de Gustavo Santaolalla en la banda sonora. Unas piezas musicales muy melancólicas, dotadas de sufrimiento, dolor, rabia, pero también de esperanza y optimismo en ciertos momentos.

El título tiene apartado multijugador, que aunque no iguala el potencial de la campaña, tampoco le desmerece en absoluto. Tendremos dos modos de juego, supervivencia en solitario o por equipos. A diferencia de otros modos online, en este el ir por tu cuenta en vez de con tu equipo es un error. No durarás mucho, siendo la cooperación y el cubrirse unos con otros la forma más sensata de jugar. Me ha gustado que, al igual que en la campaña, necesites buscar suministros y materiales para fabricarte armas y vendajes, lo que iguala bastante los enfrentamientos. Por supuesto ganaremos experiencia y subiremos de nivel, desbloqueando nuevas armas y habilidades, así como elementos decorativos para nuestro personaje como cascos, máscaras y símbolos. Me ha parecido muy curiosa la forma de plantearnos el multijugador como un periodo de supervivencia a lo largo de varias semanas. Cada vez que juguemos tendremos como una pequeña comunidad de supervivientes. A estos con cada partida deberemos de conseguir un mínimo de recursos para mantenerlos con vida, de lo contrario pasarán hambre o enferman y mueren. Si jugamos bien nuestras partidas la comunidad crecerá y l exigencia del nivel de recursos será mayor. Esto hace que intentemos mejorar en cada partida. Además cada cierto tiempo nos plantearán un evento, dentro del cual podemos elegir varias formas de superarlo como matar a x enemigos en tres partidas, con una determinada arma o salvar a nuestros compañeros de equipo. El éxito o no de estos eventos influirá directamente en nuestra comunidad ficticia. Sin duda un añadido al juego entretenido y algo diferente que alarga la vida del título.

The Last of Us es para mí el mejor título que firma Naughty Dog, uno de los mejores que he podido jugar esta generación. Una historia que nos puede resultar familiar pero que nunca hemos vivido tan intensamente, con una capacidad de inmersión espectacular, una jugabilidad variada y brutal. Una auténtica joya que te traslada al interior de una película donde el protagonista eres tú.