Como cada año desde hace seis, tanto EA como Konami esperan hasta septiembre para mostrarnos la demo de sus simuladores de fútbol de periodicidad anual. Tras haber probado (no muy en profundidad, he de reconocer) ambas demos, surgió en mi una reflexión acerca del futuro de estos juegos. Aviso para navegantes que este artículo recoge únicamente mi opinión que, como todas las opiniones, es subjetiva. No se trata de un análisis técnico de las demos, ni siquiera de las sensaciones que me han dejado ambas, simplemente una idea que ha tomado forma en mi mente acerca de un futuro para este tipo de simuladores, futuro el cual deseo (y creo que así ocurrirá) que no suceda.
Y es que lo de lo que pretendo hablar, más allá de cuestiones gráficas, de sonido o jugables, habla, quizás, de la condición humana. El PES de este año me ha dejado una sensación de desgana, de un equipo agotado de un producto que por alguna razón no logra llegar a la grandeza obtenida antaño, en la antigua generación de consolas (hablar de antiguas teniendo encima la next-gen es un poco raro ya…). Por otro lado la demo del FIFA habla de un grupo de gente motivada y con ansias de mejorar cada día en un producto ya de por sí brillante. Sin embargo, la pregunta que entra en mi cerebro es la siguiente: ¿Seguirá EA mejorando su producto cada año, o caerá en la autocomplacencia de saberse el mejor, y más sabiendo que tu único rival en el sector parece no saber o no querer sacar un producto acorde a la historia del nombre de la franquicia?
Es en este punto donde he llegado a la pesimista conclusión de que el futuro de los simuladores de fútbol va a empezar a decaer poco a poco pues, inconscientemente, el grupo de trabajo de EA Sports no será tan puntilloso en los detalles, no pulirá aspectos que, pudiendo ser más o menos importantes, pueden ser contraproducentes para la diversión, que es el fin último de los que disfrutamos con cualquier tipo de arte; quizás, y solo quizás, recorten algo de presupuesto, puesto que si las ventas se mantienen (o quizás aumenten), una empresa ante todo quiere ganar dinero. Y digo esto último por la tardanza, al menos en mi grupo de amigos, de pasarse en esta generación de consolas del PES al FIFA, un cambio que no se produjo al menos hasta la versión 10 u 11. Si los chicos de Konami no sacan un producto acorde a su nombre, ¿quién va a querer gastarse 60, 50 o 10 euros en un juego que ya no te divierte?, y ahondando en ello, ¿quién va a querer gastarse ese dinero, y más en la situación que se encuentran la inmensa mayoría de las economías familiares, en un juego donde gran parte de tus amigos ya no están, y no vas a poder jugar partidas online?.
¿Porque autocomplacencia? Porque creo que es inherente al género humano. Inconscientemente, cuando alguien llega al cenit de su trabajo, no solo necesita trabajar el doble para mantener el estatus, sino tener un estímulo constante, un escorpión que siempre te ande inoculando veneno, que te motive a trabajar para superar tus retos y seguir en la cima. Todos, cuando en algún momento de nuestras vidas hemos tenido un momento de brillantez haciendo lo que sea, hemos sido conscientes de que lo difícil de verdad no estuvo en alcanzar dicho momento de iluminación, sino en mantenernos ahí todo el tiempo posible. Y si nos hemos mantenido ahí es porque hemos tenido estímulos para conseguirlos en forma de competencia directa. Sea el ámbito que sea. Es por todo lo expuesto por lo que creo que EA caerá, tarde o temprano, consciente o inconscientemente, en la autocomplacencia y su producto decaerá, quizás no en las primeras versiones, pero si a medio plazo.
¿Cómo se puede vencer esto?. La pelota (nunca mejor dicho), está en el tejado nipón de Konami. Y, dicho sea de paso, mis esperanzas también están ahí, en que en esta next-gen que ya mismo tenemos aquí, los chicos de Konami sean capaces si no revertir la situación y ponerse a la altura de los canadienses, si al menos sacar un producto acorde al histórico nombre de la saga Pro Evolution Soccer, saga que nos brindó enormes tardes de diversión y pique sano con nuestros amigos. Si esto sucede, y las nuevas consolas nos traen un nuevo mundo (de simulación futbolística en consolas) ganaran ellos, ganaremos nosotros y, sobre todo, ganará la diversión.