No voy a mentir, no he probado la nueva experiencia de Realidad Virtual de Sony, PlayStation VR, ni de ninguna otra marca. Pero voy a intentar transmitir como veo yo esta nueva “experiencia” que nos quiere vender el sector del videojuego y no me hace falta probarlo para dar mi opinión o mi punto de vista al respecto. Al menos no para expresar mi opinión como producto.
La Realidad Virtual no es nada nuevo, nada que nos pille por sorpresa en pleno 2016. Ha habido muchos intentos de traer esta técnica-experiencia al lado más comercial hace décadas. Incluso el cine ha intentado transmitir la sensación, con películas como El cortador de césped (1992) o Días extraños (1995), por citar dos ejemplos rápidos. Pero en ambos casos no jugaba a su favor la tecnología del momento. En el mundo del videojuego las máquinas no eran lo suficientemente potentes para que llamara la atención a un gran público y películas como El cortador de césped, a día de hoy, se ven algo anticuadas en su representación.
Parece que el sector del videojuego necesita una revelación tecnológica para llamar la atención, ya que con los videojuegos sin más parece no ser suficiente. En la pasada generación tuvimos el control por movimiento de Nintendo y su Wii, replicado por Microsoft con Kinect y por Sony con Move. Pero esta tecnología ha quedado en el pasado, dejando a un lado la reutilización del Move por parte de Sony para sus PlayStation VR, su relación con el videojuego parece de la generación pasada. También hemos tenido el auge del 3D en los videojuegos o el cine, como si fuera el futuro, aunque todo ha quedado en algo pasajero. Y ahora intentan vendernos la Realidad Virtual como algo imprescindible, como si fuera el futuro de los videojuegos.
Con la Realidad Virtual me pasa algo parecido como con el control por movimiento, visto con perspectiva parece más una moda pasajera o un nuevo concepto para llamar la atención, que algo que haya llegado para quedarse. Seguro que es una experiencia muy rica, como era el control por movimiento con algunos juegos, y seguro que me gustará mucho cuando tenga oportunidad de probarlo; pero no le veo futuro, al menos no aún.
El problema más grande, quizás, además de que la tecnología aún está muy verde para que pueda mostrar todo su potencial, es el gran coste que tiene que desembolsar el consumidor o usuario. Eso hace que la Realidad Virtual no sea algo que llegue a venderse a grandes masas, quedando relegado a solo unos pocos. Y ninguna compañía de videojuegos va realizar grandes apuestas por esta tecnología si no hay un mercado amplio detrás que lo reciba. Es decir, si no hay un gran parque de PlayStation VR en los hogares, las compañías de videojuegos no van a realizar grandes desembolsos o grandes desarrollos para ellas, si saben que no van a vender lo suficiente. Y ese es para mí el gran problema que tiene la Realidad Virtual a día de hoy.
Dejando a un lado lo mal que se está vendiendo esta tecnología, y la gran experiencia que es, quedan unos cuantos años para que llegue a un gran número de usuarios; quizás cuando sea más barata de comercializar. Es por ello que no creo que sea su momento, y quizás esté equivocado, pero no ahora.
