Sí, Kingdom Come: Deliverance 2 está vivo y se siente como un juego donde ir a vivir; que es como me gusta definir a este tipo de experiencias.
Es normal que se hable tanto de este juego de Warhorse Studios, porque han conseguido una obra mastodóntica y pocas veces vista en el mundo del videojuego.
Es cierto que Kingdom Come: Deliverance 2 es un juego abrumador, el cual es posible que no llegue a enganchar o divertir a todo el mundo, debido a que es un juego con muchas mecánicas y con una jugabilidad que nada tiene que ver con los juegos actuales.
Pero también es cierto que todo esto es lo que lo hace grande e único, debido a que es el juego que quiere ser. Y no un juego creado y desarrollado para gustar a la mayor cantidad de jugones posibles.
El Shenmue de esta época
Me gusta hacer esta similitud con el juego de Yu Suzuki porque, en parte y salvando mucho las distancias, es un juego muy similar.
Intenta ofrecer una experiencia lo más cercana a la realidad, eso sí, en una época medieval. Y en muchas ocasiones lo logra, con situaciones muy arbitrarias, que pueden suceder en mi partida, pero en la tuya no o de forma totalmente diferente.
A Shenmue se parece por su mundo vivo, en el que los personajes PNJ que viven en el tienen sus propias rutinas. Pero el juego de Warhorse Studios es mucho más grande y ambicioso. También debido a que los medios de ahora no son los mismos de finales de los 90.
Otra cosa a la que tienes que acostumbrar es a que existe la necesidad de dormir y comer, esto le hace ganar en realismo.
Además caminar por la noche en la edad media podía ser sinónimo de mala praxis, por lo que deberás ir con la antorcha en la mano, sino quieres que sospechen de ti.
Kingdom Come: Deliverance 2 no es un juego para todo el mundo
Esta es una frase que se suele utilizar mucho a la hora de valorar algunos videojuegos, y aunque a muchos no les gusta, define perfectamente este juego.
Este título no ofrece las comodidades de todos los videojuegos de hoy en día. No hay marcadores exactos de donde tienes que ir, para continuar una misión.
No te marca con que personaje tienes que hablar, que objeto tienes que coger y tampoco te da indicaciones exactas a la hora de realizar las misiones.
Tan solo una brújula te marca el camino y la zona donde puede transcurrir la misión, pero no existe un marcador que te señale el punto exacto.
Por poner un ejemplo, me tocó encontrar una tumba en una zona concreta. Para poder saber donde podía estar, tuve que leer la descripción que daba la propia misión y explorar el escenario.
Es cierto que Henry, el protagonista del juego, en ocasiones hace ciertas menciones o indica la zona por donde podía estar lo que buscas.
Algunos hablan de que el juego intenta emular a los RPG de antaño, algo que me parece desacertado. En esa época estas decisiones de diseño eran por limitaciones técnicas.
Pero también es cierto que muchos jugadores de hoy en día requieren de estas mecánicas y esta libertad, o falta de ayuda al jugador, les provoque rechazo.
Es uno de los aspectos que hace más único, y esencial, a Kingdom Come: Deliverance 2. Es un juego de autor, pese a ser una obra tan inmensa.
No intenta contentar a todos, no intenta ser accesible, es lo que es. La propuesta es esta y me parece increíble el gran nivel de aceptación por parte de los jugones.
Quizás es momento de volver unas décadas atrás, cuando los videojuegos no nos llevaban tanto de la mano y ofrecían por ello experiencias mucho más inmersivas.
Que sería de Shadow of the Colossus si nos hubiera marcado el punto exacto de cada coloso, en ve de guiarnos con la luz de la espada. Pues quizás no sería un juego que nos marcara a todos tanto.
Más juegos como Kingdom Come: Deliverance 2, más juegos así de vivos.
