Este artículo lleva en borradores demasiado tiempo y es ahora cuando he decidido publicarlo para que podais leerlo. He estado pensando en el mundo del videojuego y más después de ver la peor feria de E3 que he visto en mucho tiempo. Tengo dos artículos en borrador (este es uno de ellos) que he empezado a escribir en algún arrebato por compartir un tiempo con mi teclado y hoy he pensado en publicarlo, porque habla de algo que tengo en mente desde hace varios años ya y quería compartirlo con tod@s vosotr@s.
Desde hace varios años, mi poder adquisitivo en cuanto a videojuegos se refiere, ha aumentado exponencialmente (quiere decir, que ahora me gasto más dinero en videojuegos y tengo muchos más, no que sea rico… más quisiera yo…) Ahora poseo muchísimos más juegos que antes, sin duda, parte de ellos por mero coleccionismo y por nostalgia, como pueden ser los juegos más retro y otros porque me apetece jugarlos o son de la actual generación de consolas, los cuales me han llamado la atención por algo.
Como os he dicho antes, mi colección de juegos ha aumentado muchísimo en el transcurso de estos dos-tres últimos años. No os miento, por ejemplo, que tengo más de 100 títulos de Xbox 360, por ser la que hace más tiempo que tengo de la actual generación, de Ps3 unos 40 aproximadamente (va ha hacer un año que esta en mi casa el més próximo) y de Wii algo más de una docena, más o menos. De todos ellos no me he pasado o he completado el 90% de ellos y es ahora cuando estoy terminando algunos, porque dispongo de más tiempo libre, dado a mi situación laboral, si, estoy en el Paro. Aun así, adquiero juegos nuevos que me llaman la atención y sigo dejando otros aparcados en la estantería. Con esto me asalta la duda ¿Realmente disfrutamos de los juegos?
Hoy en día todo parece que va muy rápido y solemos disfrutar de muchas más cosas que, por ejemplo, disfrutaban nuestros padres. La vida parece que se ha acelerado y no nos gusta estancarnos con algo o enseguida queremos disfrutar de otra cosa nueva. Parte de ello se puede ver en los videojuegos, en cuanto tenemos el videojuego que llevamos esperando mucho tiempo o el que teníamos ganas de jugar, enseguida vemos otro que nos atrae o nos apetece jugar y se convierte en nuestro «nuevo juego» más deseado. Así, sin más, intentamos hacernos con el también, para luego ocurrir lo mismo con con el anterior juego y esto parece que se convierte en una especie de círculo vicioso ¿A vosotros no os ocurre esto mismo? A mi sí.
Con ello conseguimos llenar una estantería, mueble, escritorio o cualquier sitio donde guardemos nuestra colección de juegos y no llegamos a jugar a ninguno por completo, porque enseguida nos hacemos con uno nuevo. En ocasiones (a mi me ha ocurrido) nos hacemos con un juego nuevo, una novedad, nos gastamos más dinero de la cuenta en ese juego que tanto deseamos (ya que lo compramos como novedad, nada más salir a la venta) para después de probarlo, nos ponemos a jugar a otro que tenemos en la estantería aparcado desde hace bastante tiempo ya, porque en ese momento nos acordamos de él o porque hemos oído hablar a alguien de él o porque hemos leído que han sacado un nuevo parche o un DLC interesante (esto no ocurre muy a menudo) o por mil cosas más… Esto me ha sucedido más veces de lo que os podéis imaginar y me he visto jugando a juegos que llevaban años en casa, dejando en la estantería ese juego nuevo que acaba de llegar a casa y que no me ha valido nada barato.
Todo esto me lleva otra vez a la frase ¿Realmente disfruto con los juegos? Y siempre viene a mi mente cuando era un niño. Por aquel entonces no disponía de dinero propio y todo lo que conseguía, en cuanto a videojuegos se refiere, era por regalos de cumpleaños, reyes o este tipo de situaciones. En ese momento recibía un juego del que había oído hablar a mis amigos o había visto en una tienda o en la tele o en la revista de por aquel entonces, como puede ser Hobby Consolas (no había otra cosa y tampoco estaba tan mal, nada que ver con la de ahora) Cuando tenía el juego lo jugaba hasta el final. Si resultaba ser un juego corto, pues lo rejugaba una y otra vez, hasta que llegaba el momento de tener un juego nuevo. Disfrutaba de mi juego recien adquirido o regalado, ya podía ser una mierda y era cuando lo cambiábamos con nuestros amigos por otro un tiempo, tener mil bugs y fallos, daba igual, yo disfrutaba de ese juego como si no hubiera otro (y en realidad era eso o jugar a algún otro que ya tuviera) Hoy en día eso no ocurre, no he disfrutado de un juego por completo, cuando me pongo a jugar con otro nuevo. Y algunos solo por el tiempo que hay que invertir en ellos, como los RPG, ya me da pereza jugarlos, porque sé que me va a llevar mucho tiempo completarlo hasta el final y eso que se trata de mi género favorito, así que mirar que contradicción…
A mi mente viene un juego que si disfrute muchísimo y que jugué hasta el final sin dejarlo en ningún momento y me dio pena terminarlo. Os estoy hablando de Shadow of the Colossus y lo que os cuento es totalmente cierto, no he vuelto a disfrutar de un juego como lo hice con ese. Algo parecido me ha ocurrido con el nuevo Castlevania, pero no ha llegado al mismo nivel que llego con la obra de Fumito Ueda ¿Para cuando The Last Guardian? Seguramente que muchos nos estemos haciendo esta misma pregunta…
Entonces vuelvo a formular la pregunta ¿Realmente disfrutamos de los videojuegos? Yo creo que en parte no, por no decir un no rotundo y no sé si es la edad lo que hace que no sea así, la sociedad en la que vivimos, nuestro poder adquisitivo, la industria del videojuego, nuestro ansia por tener ese juego que nos gusta o simplemente por todo lo que he dicho en este último parrafo. Pero lo que si está claro es que no disfruto de los juegos, al menos no como antes.
¿A vosotr@s os ocurre esto mismo?
