¿Qué tienen los videojuegos que hacen que no puedas dejarlos? ¿Qué hace que nos quedemos embobados mirando a una pantalla y con un mando en las manos? Muchos lo llaman adicción – necios – tratándolos en algunos casos como si fueran una droga, yo lo llamo «el arte de entretener». Es cierto que no todos los juegos tienen esta virtud y en el fondo es lo que todo desarrollador de videojuegos busca, que el jugador este pegado a su juego, que llegue hasta el final y en algunos casos – cada día menos – que el juego sea rejugable e invite al jugador a volver a empezar desde el principio, solo por satisfacción.

Un videojuego engancha o entretiene por muchos factores, pero el más predominante de ellos, es la capacidad de superarse del propio jugador, mientras avanza en el mismo, llegando a dominarlo conforme mas horas le dedica. Siempre hablamos de que los juegos arcade son muy adictivos y en parte suelen ser los juegos con las mecánicas mas simples, pero a la vez, son aquellos en los que la capacidad de superación esta mas presente, ya que se valen de fases cortas o de marcadores de puntos, que nos harán superarla una y otra vez, para ver si podemos mejorar nuestra puntuación final. En otras ocasiones podemos marcarnos otros objetivos, por ejemplo ver si somos capaces de superar la maquina con una sola  moneda – una sola moneda de 25 Pts., en mi época, que viejo soy coño… –

Este arte de entretener lo podemos encontrar en muchos otros juegos domésticos o de consola, sobre todo en sus inicios, aunque en parte se ha perdido. Por ejemplo os voy a poner el último al que he jugado y en parte el causante de que escriba este texto, P.N.03 – Product Number Zero Three – (Capcom,2003) de Game Cube – más vale tarde que nunca para hacerme con él y vaya descubrimiento – Juego con una mecánica sencilla, destruir todos los enemigos de cada pantalla y cada una dividida en pequeñas fases, siendo premiados si comprendemos mejor su mecánica. A su vez, pese a que morimos en muchas ocasiones, invita a que el jugador se supere y lo intente una y otra vez, para superar la fase o en otros casos, para mejorar la puntuación que has conseguido en una ya superada. El juego va premiando al jugador conforme mas enemigos vayamos eliminando y con ello mas se obtiene más puntuación, ayudado por  un sistema de combos y que será beneficiado con mas puntuación, contra menos impactos recibamos. Con esto obtenemos puntos con los que podremos comprar una serie de ítems y potenciadores para la armadura – o incluso diferentes armaduras – que están más pensados para futuros modos de dificultad y para la rejugabilidad del título. Lo que consigue el desarrollador premiando al jugador con estos items, es que este se intente superar a si mismo y este entretenido jugando al mismo juego.

Lo mismo lo podemos encontrar en juegos como Demon´s Soul (From Software, 2009) o Dark Soul (From Software, 2011) con una mecánica fácil de comprender, pero difícil de dominar y que sin duda, cuando vamos mejorando en el juego y conseguimos sobrevivir más tiempo – porque moriremos muchas veces, créeme – es cuando más satisfacción obtenemos y a su vez, mas entretenimiento. Todo esto consigue mejorar la experiencia del jugador con el juego, porque se trata de una superación constante, que nos hace valorar cada paso que demos hacia delante en el juego, como logro nuestro, del jugador. De aquí su gran éxito, que ni la propia From Software había previsto con Demon´s Souls – exclusivo de Ps3 – y que fue motivo para obligarles a hacer una segunda parte, Dark Soul – ya multiplataforma y que ya ha salido en Pc también – ya que lo pedían los fans y las ventas del juego fuera de Japón.

Por otro lado, no son pocos los juegos que no llegan a entretener, aquellos que dejas relegados a la estantería, ya que no existe esa superación y se trata de juegos planos. Yo metería en este saco cualquier juego de la saga Call of Duty – los últimos que han salido en esta generación – pese a que tienen su modo online y pueden llegar a enganchar lo suyo, aquí no depende del videojuego y del jugador. Entra en juego otro factor y es el de los otros jugadores, humanos, con los que compartes tus partidas online y no es el caso de este articulo, en el que me refiero mas al entorno de jugador y videojuego, como uno solo. Los juegos de Call of Duty adolecen de la espectacularidad constante, con ello consiguen que cuando lleves una hora jugando, esa espectacularidad pase a segundo plano y el juego se convierta en una llanura, de la cual, el único objetivo es avanzar hacia delante. No se premia al jugador ni con un marcador de puntos o estadísticas al final de cada fase, siendo esto uno de los pilares de los videojuegos, los marcadores de puntos, por lo que todo queda relegado a una especie de película interactiva, un pastiche de scripts, en el que los enemigos son infinitos hasta que el jugador avance o haga lo que el desarrollador a previsto, para que continúe la siguiente explosión, sin más. Esta claro que tan solo es mi opinión y por ello no juego a ninguno de estos juegos.

Con todo esto quiero decir, que uno de los mayores logros de los videojuegos es el entretener al jugador. Que no deje el juego hasta el final e incluso siga teniendo ganas de jugarlo una vez terminado. Un arte que las recreativas sabían construir muy bien, dado que una vez terminado el juego y llegado al final del mismo – solo unos afortunados conseguían hacerlo por poco dinero – seguía existiendo esas ganas de jugar otra vez, cosa que muchos videojuegos de hoy en día no consiguen y es una pena. Creo que en esencia se ha perdido algo de lo que fue el videojuego en su día, para evolucionar o convertirse en algo diferente, como podemos ver hoy en día. Por suerte siguen existiendo auténticos videojuegos, de los de antes y espero que no desaparezcan nunca.