God of War (Santa Mónica Studios, 2005) es uno de esos juego que se quedó clavado en mis retinas, su brutalidad combinada con puzles y una historia bien planteada lo convirtieron en un gran juego. A lo largo de estos años se ha transformado en una saga muy notable, con distintos títulos que desarrollan la trama vengativa del espartano Kratos. Sabiendo del tirón que tiene la franquicia Sony ha sacado un nuevo capítulo en la aventuras del fantasma de Esparta.

Sorprende un nuevo juego de Kratos cuando la historia parecía que estaba más que cerrada con la última parte, pero al igual que en el cine, la moda de las pre-cuelas se traslada la mundo de los videojuegos. Así se nos presenta este God of War Ascension (Santa Mónica Studios, 2013), como una pre-cuela que intenta indagar en el origen de la épica historia. El punto de partida se desarrolla con una trabajada cinemática donde Kratos acaba preso por las tres furias al romper su pacto al dios Ares. El fantasma de Esparta cansado de ser el títere del dios de la guerra, decide emprender su camino en busca de respuestas, de la redención a sus errores pasados. La historia tiene un principio que engancha, pero después de unas horas se difumina con altibajos que no aportan una base sólida y que no termina de explotar. Hoy en día es difícil sorprender y más aún sabiendo el desenlace final de la trama, por eso este apartado flojea, porque llegas al final y te quedas igual que cuando empezaste. Tal vez la escasez de cinemáticas no ayude a profundizar en la narración en pro de más momentos jugables, algo que para nada tiene porque ser negativo. La aventura se divide en multitud de capítulos y cuenta con una duración en difícil que ronda las once o doce horas, acorde a la duración de la franquicia y que para mí es aceptable.

En cambio me ha gustado mucho la jugabilidad, siendo una vuelta a los orígenes en este aspecto. No solo hay que machacar botones y avanzar, que también, sino que los puzles están de vuelta y las secciones de plataformas hacen acto de presencia. Puede que no sean los puzles más complicados de la saga pero algunos nos llevarán un par de minutos hasta que demos con la tecla. Además en algún momento contaremos con distintos objetos, como uno que puede controlar el deterioro de partes del escenario, lo que da bastante juego en este sentido. Las partes de plataformas tampoco es que abunden pero sin dan un respiro. Se agradece que entre tanta sangre y acción espectacular haya momentos más pausados donde tengamos que afrontar estos pequeños retos. God of War nunca ha sido una saga de mucha exploración pero sí que teníamos que buscar cofres con orbes, plumas de Fénix u ojos de Gorgona para aumentar nuestro nivel de vida, de magia o para desbloquear nuevos ataques. Todo ello se mantiene pero además también podemos coleccionar objetos que están dispersos por el escenario y usar una vez pasado el juego. Me ha hecho gracia el logro que se desbloquea si consigues todos y que hace referencia a un conocido explorador. Las notas dispersas por el suelo también nos aportarán algunos datos del escenario donde estemos y los clásicos puntos de guardado desaparecen a favor del autoguardado.

Como es habitual contaremos con las espadas del caos para desmembrar, desgarrar y destrozar a todas las criaturas que nos hagan frente. A diferencia de otros títulos de la franquicia no hay más armas principales que las espadas del caos, de esas que podíamos seleccionar en cualquier momento, pero sí que conseguiremos ciertos poderes para éstas que las dotarán de movimientos y magias únicos. Otra novedad es la introducción de armas secundarias más sencillas como martillos, mazas, lanzas y escudos, entre otras, que están dispersas por el escenario y que podemos lanzar al enemigo para infligir daño. Si no tenemos ninguna de estas armas Kratos utilizará sus puños. También podemos agarrar a los rivales con una espada del caos mientras con la otra atacamos al resto de rivales, hasta que queramos deshacernos de nuestro momentáneo rehén. La brutalidad sigue presente y los combos que podemos hacer forman espectaculares coreografías.  Destacar que los distintos poderes de las espadas del caos nos ayudaran a derrotar con más facilidad a determinados enemigos, lo que nos invita a usar todos y no tener que abusar de un único poder. Los QTE marca de la casa nos ofrecerán increíbles escenas de lucha con los jefes finales, pero con ciertos rivales como los Juggernaut (elefantes) o las Víboras tendremos que estar atentos, ya que una vez consigamos dominarlos deberemos seguir acuchillándoles a la vez que esquivamos sus ataques.

Santa Mónica siempre nos tiene acostumbrados a un apartado técnico sobresaliente y en este aspecto continúa el buen hacer de la compañía. Es soberbio como luce God of War Ascension gráficamente con unos efectos de luces, de sombras y físicas muy buenos. Los elementos como el agua, el fuego y los rayos están genial recreados.  El modelado de Kratos es de los mejores que he visto y el de los enemigos principales también es muy bueno. El diseño artístico es sublime con escenarios que representan a la perfección toda la mitología de la saga. Vuelve la variedad de localizaciones con interiores y exteriores que mantienen la sensación de escala con edificios y enemigos gigantes, en los que destaca el capítulo final. La IA enemiga es la normal en estos juegos con rivales que intentan machacarte una y otra vez sin tiempo para la rendición. Tal vez sea por la dificultad pero he tenido la sensación de que cualquier enemigo te podía matar sin muchos problemas. La cámara por su parte siempre intenta ofrecer la mayor espectacularidad pero en contadas ocasiones se aleja demasiado, debido a la escala del escenario, dejándonos con un Kratos casi diminuto y vendido a los golpes enemigos. En estas ocasiones, aunque escasas, la cámara es bastante molesta.

El apartado sonoro también es muy bueno con efectos de sonido muy trabajos, aunque a veces algo desincronizados, con un doblaje muy bueno que aporta carácter a los personajes y una gran banda sonora. La música es muy épica y refuerza todos esos momentos frenéticos de acción, además de ambientar a la perfección los distintos escenarios.

La novedad de la saga es el multijugador y como ya avance en las impresiones de la beta, me ha gustado en parte. Por un lado eliges el Dios al que quieres servir entre Zeus, Hades, Poseidón y Ares, y éste te otorga distintas armas y poderes. Nuestro guerrero tiene grandes posibilidades de personalización tanto en la armadura, como en las magias y las armas. Los modos de juego son los habituales con el clásico deathmatch (llamado “favor de los dioses”) en solitario y por equipos, captura la bandera, modo de objetivos, desafío en solitario (superar un nivel en contrarreloj) y desafío cooperativo. No ofrecen nada nuevo pero sí que resulta entretenidos y divertidos. Lo malo es el caos que se forma cuando te ataca más de un rival, siendo la mejor solución huir. Los escenarios tienen distintos tamaños en función del modo de juego, un gran diseño con multitud de opciones donde preparar trampas, abrir cofres y conseguir distintas armas. Por el contrario resultan algo escasos en número, aunque han confirmado que se ampliarán vía dlcs gratuitos. Las puntuaciones se consiguen tanto por muertes como por objetivos y al final de la partida subirá nuestro nivel desbloqueando nuevas características para nuestro luchador. Me gusta la sensación de jugar a un juego de gladiadores. El multijugador es un añadido que resulta divertido, a pesar de algunos fallos, pero que cumple su función de alargar la experiencia jugable.

God of War Ascension recupera sensaciones con algunas mecánicas jugables que hicieron grande a la saga e introduce otras nuevas que le sientan muy bien, y a pesar de tener la historia más plana y floja, es un juego imprescindible para los fanáticos de Kratos y un juego divertido y notable para el resto.