Estamos viviendo una generación de grandes juegos, muy buenos, pero quizás en menor cantidad, de los llamados «triple A», comparado con la generación pasada. Es por ello que cada lanzamiento, de este tipo de juego, se espera como un nuevo advenimiento en el sector, o como la nueva «obra maestra» de los videojuegos. Pero en gran parte, este tipo de afirmación, no deja de ser nada más que una guerra de consolas entre los usuarios más «fans».

La guerra de consolas ha existido siempre, tanto con las propias compañías (beneficiando siempre al usuario) como entre los propios jugones. Lo único es que hace años, antes de la era Internet, las guerras no salían del patio de tu colegio; unos defendiendo a SEGA y otros a Nintendo. Hoy en día con un mundo globalizado, y con la existencia de Internet, la guerras de consolas llegan más lejos, hacen más ruido, y en mi opinión, se tornan incluso más estúpidas que las de antaño.

«Ser producto de una destreza técnica y estética llevada a su punto culminante, ubicado siempre entre el polo del ascetismo y de la escasez de medios que consigue crear un mundo complejo de significados, y el polo de la alta densidad de recursos y formas que logran comunicarnos una verdad simple y fundamental no percibida hasta entonces.»

Definición de Obra Maestra por José Emilio Burucúa.

Un mes de marzo como pocas veces se recuerda en el sector del videojuego

Ha llegado marzo de 2017 y la cantidad de títulos interesantes que se lanzarán a lo largo de este mes es bastante impresionante (menos para Xbox One, pobre) Además tenemos que sumar a la ecuación el lanzamiento de Nintendo Switch, con un The Legend of Zelda entre su catálogo inicial, y encima, un juego que parece que llega para renovar la saga, romper con muchos de sus costumbrismos como saga, y que ha recibido críticas muy positivas del sector de la prensa. Quizás el juego de lanzamiento de una consola mejor valorado de la historia de los videojuegos.

Pero estos últimos días se ha juntado Horizont Zero Dawn y The Legend of Zelda: Breath of the Wild, dos juegos que comparten el «mundo abierto», pero cada uno con su propia perspectiva y enfoque totalmente diferente. Pero no por ello, son dos juegos que se han enfrentado en muchos debates en diferentes redes sociales, comparando uno con otro; lo cual me parece un error bastante grave. Dejando en evidencia la necesidad de defender cada bando a su juego, los fans de Nintendo y los fans de Sony (podéis añadirle el «boy» si queréis)

Toda consola necesita su buque insignia, su obra maestra

Sin entrar en el debate de las notas en los videojuegos, aunque opino que un número al final de un texto me parece innecesario y en muchas ocasiones contradictorio al texto, Breath of the Wild ha recibido mejores críticas por parte de la prensa que Horizont Zero Dawn. En definitiva, ha gustado más en computo global el juego de Nintendo, que el de Sony. Esto ha llevado a linchamientos en la redes hacia el nuevo juego de Zelda, con críticas poco constructivas, de parte de los fans de Sony en muchos casos. Y al revés más de lo mismo; que se note que los fans son muy fans.

Pero que Breath of the Wild haya sido proclamado como «Obra maestra» (lo pongo entre comillas porque aún no lo he jugado) ha dolido a muchos jugones, que intentan desmerecer al juego con reclamos para bajar las notas en Metacritic, críticas a la prensa alegando que está comprada, y otra sucesión de estupideces, a cada cual más vergonzante. Y todo sin probar el juego y comprobar por ellos mismos si en realidad es tan bueno como dicen. Repito, no lo he jugado y no conozco su nivel de excelencia, aunque lo poco visto y lo que me han comentado mis más allegados, promete y mucho.

Horizont Zero Dawn por otro lado a quedado totalmente eclipsado por el lanzamiento del nuevo Zelda (creo que ha sido un error lanzar este juego esta misma semana) y no ha hecho tanto ruido como el juego de Nintendo, o no como merecía quizás. Aunque os puedo asegurar que el viernes de la semana pasada sólo veía mensajes de uno u otro juego en las redes sociales, con tantas alabanzas para uno como para otro. Una vez más, decantarse por uno u otro se torna poco convincente, yo quiero jugar a ambos.

Con todo esto quería llegar a la necesidad para muchos jugones de tener una «Obra maestra» en la consola que tiene en casa (en caso de tener una sola) para no sentir que ha elegido la plataforma equivocada, y poder demostrar que su elección es la buena. Como si no hubiera posibilidad de comprar todas las plataformas para poder disfrutar de todos los juegos, que sería lo lógico. Siempre y cuando tu bolsillo lo pueda permitir, como es lógico también.

Para cada uno la definición de obra maestra será totalmente diferente, y en el mundo del videojuego, al final dependerá de lo que el propio juego te transmita. Al final una obra maestra quizás sólo sea un conjunto de sensaciones o emociones, y a cada uno le puede llegar de una forma u otra, o con un juego u otro. Pero cuando la opinión publica, y «profesional», está tan de acuerdo en algo, quizás algo de razón puede tener. Luchar a contracorriente por demostrar que tantos están equivocados, no es más que una lucha de poder de los fans de una consola u otra.

Esto estaba muy bien en los patios de colegio, cuando cada uno teníamos una sola consola, y no existía la posibilidad de poseer otra; porque tus padres no te iban a comprar todo lo que pidieras. En ese momento era curioso esta forma de comportarse, y hasta gracioso cuando lo recordamos algunos. Pero a día de hoy, que hasta las propias compañías y desarrolladoras se felicitan por el trabajo bien hecho de su competencia, esta guerra de «fanboyismo» se torna muy ilógica y estúpida. Luego que cada uno haga lo que quiera y deba, pero que conmigo no cuenten.