Blade Runner 2049 es una continuación que jamás podríamos imaginar

Blade Runner 2049

Blade Runner 2049

Título original: Blade Runner 2049

Año: 2017

Duración: 163 min.

Dirigida por: Denis Villeneuve (La llegada (2016), Enemy (2013))

Si piensas en cómo sería una secuela de Blade Runner, esta es la respuesta

Voy a comenzar siendo claro y directo, Denis Villeneuve ha conseguido lo que nadie imaginaba, realizar una buena secuela de Blade Runner (1982) y una película que al menos está a la altura de la original. Eso sí, no lo ha conseguido sólo, como parece que todo el mundo prodiga, detrás tiene a Hampton Fancher como guionista, el mismo de la película original, junto a Benjamin Wallfisch, que curiosamente es el guionista de la odiada Alien Covenant y de la amanda Logan.

Un director de fotografía como Roger Deakins, con una carrera detrás intachable y que ha acompañado a Villeneuve en varias de sus películas. Y no podía faltar Ridley Scott como uno de los productores de la película, que además ha ayudado en varios aspectos de la misma; incluso el inicio de 2049 parte de un storyboard descartado, realizado por él mismo, de la película original. Sin desmerecer a todos los encargados de sonorizar y representar este mundo retro-futurista, con un nivel de detalle y mimo al alcance de muy pocos.

Además hay que sumar un elenco de actores que han dado lo mejor de sí mismos, sabiendo realmente en la envergadura de proyecto al que se habían anclado, que poco o nada podía salir mal. Aunque esto mismo se dice en muchas ocasiones en las que al final todo sale mal, aunque Blade Runner 2049 no es el caso, sino todo lo contrario.

Blade Runner 2049 es una secuela que llega algo desacompasada, han pasado 35 años desde la primera película, que nadie pedía, pero que de haber sido un éxito la cinta de 1982 habría sido muy diferente. Imaginemos que Blade Runner fuera un éxito comercial, que no lo fue, su secuela habría llegado dos o tres años después; pensemos e imaginemos cómo sería. Sinceramente nada de ella se parecería a esta y posiblemente tendríamos una cinta cargada de acción, como lo fue Aliens en su momento.

Que 2049 llegue ahora creo sinceramente que ha sido beneficioso, dado que hemos tenido 35 años para macerar Blade Runner en nuestra cabeza, ver las cinco (o más) versiones de la película y imaginarnos una y otra vez cómo sería una continuación. Esto podría ser malo, dado que el hype es mal consejero casi siempre, pero al final ha sido todo lo contrario. Sólo los primeros minutos te hacen notar que estás ante algo muy grande, muy diferente a lo que se hace hoy en día en el cine, al igual que pasaba con la original. Prueba de ello es la mala recepción en las salas; no es una película normal, ni para todo el mundo, como sucedía con la primera.

Blade Runner 2049 es una obra de autor, maquillada en un blockbuster. Muchos irán al cine esperando una nueva entrega de Star Wars, engañados por el mal trailer con el que han hecho promoción, y se darán un golpe contra un muro. Porque 2049 es otra cosa, algo muy diferente, que no todo el mundo sabrá apreciar y que hoy en día no se hace en el cine comercial. Es una declaración de intenciones, un paso más allá, y a la vez un homenaje a la obra original, e incluso al relato corto de Philip K. Dick con mucho más interés de lo que fue la original.

Cada plano de la película se encuadra durante largos periodos de tiempo, como sucedía en 1982, para que deleites tu vista. Casi el iris con el da comienzo la película te invita a contemplar una obra de arte, te avisa de que abras los ojos, y sobre todo, abras tu mente. No tienen nada que esconder y a la vez lo dan todo. Porque Blade Runner 2049 está tan cargada de contenido visual y narrativo, que a poco que no prestes atención, te lanzará fuera de la sala y no te adentrarás en la que puede ser la mejor película de los últimos años.

Pero como toda obra maestra tiene el fallo de alargar escenas, que editadas con algo más de tino habrían hecho de 2049 una obra perfecta. Algunos detestan algo más estos momentos, los que nos dejamos llevar por ella disfrutaremos unos minutos más de su belleza. Cine en estado puro, lleno de magia como antaño. No leas nada, no veas nada y no dejes de ir a ver uno de los acontecimientos de la década; te arrepentirás dentro de unos años de no haber estado ahí.

Veremos si 2049 aguanta tan bien el paso de los años como su predecesora o se queda en tan solo «lágrimas en la lluvia».

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